El
área motricidad gruesa tiene que ver con los cambios de posición
del cuerpo y la capacidad de mantener el equilibrio. Se define
entonces, como la habilidad que el niño va adquiriendo, para mover
armoniosamente los músculos de su cuerpo, y matener el equilibrio,
además de adquirir agilidad, fuerza y velocidad en sus movimientos.
El ritmo de evolución varia de un sujeto a otro (pero siempre entre
unos parámetros), de acuerdo con la madurez del sistema nervioso, su
carga genética, su temperamento básico y la estimulación
ambiental. Este desarrollo va en dirección céfalo-caudal es decir
primero cuello, continua con el tronco, sigue con la cadera y termina
con las piernas.
El
seguimiento de la Motricidad Gruesa es de vital importancia en el
desarrollo integral del niño. La motricidad gruesa es aquella
relativa a todas las acciones que implican grandes grupos musculares,
en general, se refiere a movimientos de partes grandes del cuerpo del
niño o de todo el cuerpo. Así pues, la motricidad gruesa
incluye movimientos musculares de: piernas, brazos, cabeza, abdomen y
espalda. Permitiendo de este modo: subir la cabeza, gatear,
incorporarse, voltear, andar, mantener el equilibrio…etc
La
motricidad también abarca las habilidades del niño para moverse y
desplazarse, explorar y conocer el mundo que le rodea y experimentar
con todos sus sentidos (olfato, vista, gusto y tacto) para procesar y
guardar la información del entorno que le rodea. Así pues, el
ámbito de la motricidad está relacionado, mayormente, con todos los
movimientos que de manera coordinada realiza el niño con pequeños y
grandes grupos musculares, los cuales, son realmente importantes
porque permiten expresar la destreza adquirida en las otras áreas y
constituyen la base fundamental para el desarrollo del área
cognitiva y del lenguaje.
Su
evolución a lo largo de la etapa de Nivel Inicial debe ser
cuidadosamente documentada, pues a partir de esto se podrá informar
a la familia de las capacidades y dificultades de sus hijos, así
como sus progresos.