Se trata de una edad mágica, en la que el mundo real y el mundo imaginario todavía no están claramente diferenciados”, nos explica Elena Gállegos, psicóloga infantil.
La fantasía es natural y saludable para el equilibrio emocional del pequeño. Eso sí, “siempre que no se pase todo el tiempo en ese universo fantasioso y que no lo viva de manera tan intensa que pierda por completo el sentido de la realidad”, advierte la especialista.
Además de divertido, disfrazarse es un método estupendo para que los niños expresen sus sentimientos. Por eso es uno de los recursos que más utilizan los terapeutas infantiles para ayudar a los pequeños a vencer los problemas de relación (como la timidez) y los miedos (a los perros, a los fantasmas...).
También es la manera más fácil de enseñar a los niños a ponerse en el lugar de los demás, lo que les ayuda a tener más empatía y a integrarse mucho mejor en el mundo que les rodea.
Por ello, hoy os muestro diferentes fotografías en las que podéis coger ideas para que vuestros hijos customicen sus disfraces. Pueden elegir sus personajes favoritos incluso inventárselos, el objetivo es que dejen volar su imaginación y se diviertan creando sus disfraces.
Más información sobre la psicóloga Cristina Turu en: https://cristinaturupsicologa.wordpress.com/2015/01/27/la-funcion-del-disfraz-en-el-desarrollo-del-nino/
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